En la entrada del miércoles 4 de marzo, presentamos un sitio del
Ministerio de Cultura de Educación de España
“
Observatorio de la lectura y el libro” El tercer grado lector”. En él leímos varias biografías muy
interesantes y seleccionamos aquéllas con las que nos sentimos identificados.
En los comentarios del blog están todas nuestras apreciaciones, pero en esta
entrada hacemos “visibles” algunas:
Agustina Gómez nos dice:
Comparé las entrevistas de Jorge Carrion
- Paco Roca y la que más me agrado fue la del primer comentarista. Nos cuenta
que el primer libro que leyó fue una serie llamada "Los Hollistar" y
recuerda particularmente ese día diciendo "una tarde de lectura intensiva,
en la cama, una novela entera, tres o cuatro horas sin moverme". También
agregó que le gusta leer en soporte papel, ya que no tuvo éxito en la
biblioteca virtual. A mi individualmente me gustó y la elegí porque define el leer cómo "pensar".
Agustina Alva:
Me gustaron mucho varias entrevistas,
pero la que más me llamó la atención fue la de Elena Poniatowska. Escribió casi
todos los géneros: libros en prosa, entrevistas, crónicas, artículos, novelas,
cuentos y ensayos, también publico poesía, una obra de teatro y libros para
niños. Además es autora de más de 40 libros. Me fascinó como define con la
palabra "salvación", lo
que es leer para ella.
Fede Ludueña:
La entrevista que
mas me gustó entre Pep Bruno y Luis Gonzalez fue la de Pep Bruno; en la
entrevista cuenta que no recuerda muy bien el primer libro que leyó, pero que
leía cómics y novelitas. Un libro que le emocionó y supo disfrutar fue el de
''El Zoo de Pitus'', de Sebastian Sorribas y que un lugar de preferencia para
leer es el sofá o la cama y obviamente le gusta leer en papel. Para el la
palabra leer significa DISFRUTAR.
Federico Cabrera eligió a Ignacio Elguero y este poema:
He cogido su mano.
Qué extraña sensación
cuando la aprieto.
Tengo su mano fría entrelazada.
Sé que la despedida está más cerca
pues el tacto es más seco, más duro, más terrible.
Siempre tendré su mano
muriendo entre las mías.
He cogido otra mano con los años.
Un dedo, dos. Luego toda la mano.
Su frío es otro frío,
su tacto es otro, es nuevo.
Hay un paso tan sólo hacia su boca.
Me quedo con su tacto como con un perfume.
Este frío es distinto. Es un calor oculto
aún inmaduro. Verde.
Un calor que boquea, que germina.
Es otoño esta tarde.
Es la primera tarde del otoño.
Cojo sus manos blancas como plata
con los dedos delgados como espigas.
Su mano con mi mano
abre un mundo sin sombras,
un recorrido nuevo, un lugar apartado.
Se ha acelerado el ritmo de mi pulso,
es el tramo final, resolutivo.
Tienen las manos siempre
la humedad de la espera,
la misma que los labios al juntarse.
Qué extraña sensación
cuando la aprieto.
Tengo su mano fría entrelazada.
Sé que la despedida está más cerca
pues el tacto es más seco, más duro, más terrible.
Siempre tendré su mano
muriendo entre las mías.
He cogido otra mano con los años.
Un dedo, dos. Luego toda la mano.
Su frío es otro frío,
su tacto es otro, es nuevo.
Hay un paso tan sólo hacia su boca.
Me quedo con su tacto como con un perfume.
Este frío es distinto. Es un calor oculto
aún inmaduro. Verde.
Un calor que boquea, que germina.
Es otoño esta tarde.
Es la primera tarde del otoño.
Cojo sus manos blancas como plata
con los dedos delgados como espigas.
Su mano con mi mano
abre un mundo sin sombras,
un recorrido nuevo, un lugar apartado.
Se ha acelerado el ritmo de mi pulso,
es el tramo final, resolutivo.
Tienen las manos siempre
la humedad de la espera,
la misma que los labios al juntarse.
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